Oxidadores térmicos, incineradores, combustores

La combustión en los oxidadores térmicos, incineradores o combustores, se produce bajo condiciones controladas dentro de la cámara de combustión, no viéndose afectados por viento u otras condiciones meteorológicas adversas y, por lo general, proporcionando una combustión más eficiente, en comparación con los quemadores tradicionales y sistemas de antorcha.

Aunque algunos oxidadores térmicos son en realidad antorchas enclaustradas, un verdadero incinerador dispone de controles para mantener una relación específica de aire-combustible, un revestimiento refractario y un tiempo de residencia mínimo, mientras que un quemador cerrado de antorcha está simplemente protegido del clima exterior.

Un oxidador térmico se instalará cuando existan requisitos de emisiones más exigentes, de manera que se requiera una combustión más eficiente.

Típicamente los oxidadores térmicos se aplican con gases y líquidos residuales, gases de síntesis o gases de cola, sobre todo para descargas continuas.

Oxidadores térmicos horizontales de tiro forzado

Oxidación térmica controlada de fluidos (gas/líquido) en cámara de combustión horizontal de tiro forzado con tiempo de residencia adecuado para asegurar la eliminación de componentes dañinos, con/sin equipos auxiliares (recuperación energética, generación de vapor, sistemas DeNOx, chimenea con tomamuestras, etc.).

Oxidadores térmicos verticales de tiro natural

Oxidación térmica controlada de gases en una cámara de combustión vertical de tiro natural con aporte energético y control de aire de combustión y de enfriamiento para obtener una destrucción térmica superior.

Posibilidad de integrar tomamuestras en chimenea para monitorizar emisiones.

Estos oxidadores térmicos son adecuados para asegurar la eliminación de componentes perjudiciales, con una implantación e inversión ajustada.

Oxidadores témcos recuperativos

Los oxidadores térmicos recuperativos emplean parte del calor de los productos de combustión para precalentar la corriente a oxidar o recuperar calor hacia otro punto del proceso, mediante una recuperación primaria o secundaria.

De esta forma se aumenta la eficiencia térmica del proceso, empleando menos cantidad de energía de aporte.

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